Ellos harán en el futuro lo que aprendan siendo niños. Por eso, es básico educar a los más pequeños en conceptos como la sostenibilidad, la eficiencia energética y el medio ambiente. Para ello, el modelo familiar es fundamental. Deben ver en casa esa conciencia sostenible que se encargarán de interiorizar y hacer suya en el futuro. En este sentido, hay que destacar la importancia que tienen también los centros educativos, donde, de manera amena e informal, asumen como algo cotidiano toda la cadena del reciclaje. En casa, los niños mostrarán a sus padres lo que han aprendido y, entre todos contribuirán a ponerlo en práctica.
Todo este proceso de educación ecológica se logrará si se consigue la implicación de todas las partes, niños, jóvenes, padres, centros educativos y administraciones, de las cuáles un buen ejemplo es el Ayuntamiento de Madrid con su programa Hábitat Madrid de actividades ambientales. Un paso primordial para que la sociedad interprete como algo cotidiano y necesario la protección del medio ambiente gracias a conductos sostenibles y mediante un arma tan poderosa como el reciclaje.
Aprender jugando
El inicio de la cadena verde del reciclaje se inicia en el hogar. Por ello hay que realizar una clasificación de todos aquellos desechos que se van produciendo gracias a los códigos de colores de cada uno de los contenedores. Muy importante es concienciar a los niños de la cantidad de residuos que generamos cada día y que conozcan lugares como los puntos limpios donde hay que depositarlos. La participación de los padres es, por tanto, esencial en esta conducta.
Si un niño desde edad temprana aprende a reciclar lo tomará como algo normal toda su vida. Para que la tarea sea divertida y efectiva los expertos recomiendan hacer uso de juegos, dibujos o cuentos clásicos adaptados a esta tarea como por ejemplo los que podemos ver en esta web de animaciones infantiles. Es el caso de la gincana o el parchís del reciclaje, marionetas recicladas o incluso manualidades con objetos cotidianos que se pueden reutilizar como los papeles de los regalos.
Estas técnicas están dirigidas a edades más tempranas. Momento donde hay que aprovechar la curiosidad de los pequeños con ejemplos prácticos. Como la larga vida con la que cuenta un envase, los productos en los que se puede convertir, visitas a plantas de reciclaje o casos gráficos como que en los últimos diez años se han recogido nueve millones de toneladas de envases ligeros, cartón y papel, cantidad que llenaría 650 estadios como el Santiago Bernabeu o el Camp Nou.
El poder de las nuevas tecnologías
Además de lo que se puede aprender en casa, los centros educativos cuentan con la posibilidad de sumarse a campañas de educación ambiental donde se aprovecha el uso de las nuevas tecnologías. Programas donde se intenta motivar a los jóvenes a conocer más el mundo del reciclaje y sus consecuencias positivas además de incentivar a que propongan por medio de concursos sus originales soluciones.
La escuela puede ser incluso sede de debates sobre energía, resolución de problemas, actividades de investigación, ‘chats’ con expertos o el aprendizaje por medio de programas informáticos similares a un videojuego pero con el fin de una formación medioambiental.